La adopción de embriones

Adoptar embriones supone hacer un tratamiento para quedarse embarazada mediante la transferencia de embriones previamente congelados procedentes de parejas que, habiendo conseguido el embarazo en un ciclo de fecundación in vitro (FIV), dieron los embriones sobrantes a otras parejas o mujeres que pudieran necesitarlos. Para dar embriones es necesario que sus progenitores cumplan los mismos requisitos y pasen los mismos controles que la ley exige para ser donante de óvulos o de esperma.
La adopción de embriones puede estar indicada en los casos siguientes:
Cuando ni los óvulos ni los espermatozoides pueden utilizarse para llevar a cabo una FIV, bien porque no se producen (en menopausia precoz, fallo ovárico oculto y azoospermia secretora), bien por existir riesgo de transmisión de enfermedades genéticas que no pueden identificarse o no pueden solucionarse mediante diagnóstico genético preimplantacional (DPG) o prenatal (amniocentesis) y por tanto, deberían recurrir a la doble donación de óvulos y de espermatozoides.
Las parejas y mujeres con esterilidad de larga evolución que, habiendo fracasado en anteriores tratamientos de reproducción asistida incluso con la intervención de donante, decidan intentar una solución más sencilla y económica.
Pacientes con abortos de repetición sin causa aparente ni tratable.
Aunque la adopción de embriones elimina la contribución genética de ambos progenitores, permite vivir la experiencia del embarazo y del parto, lo que no sucede en la adopción de niños. Otra ventaja es su coste económico, mucho menor que un ciclo de donación doble de óvulos y de espermatozoides. La posibilidad de gestación varía dependiendo del origen, el número y la calidad de los embriones descongelados, actualmente el éxito está entre un 30 y un 40%.